Una noche movida

Como nubes negras se cernían los problemas sobre mi cabeza, como cuervos que picotean un cadáver que se descompone lentamente, así pasaron por esta noche que no acababa nunca, arrancando los jirones de carne de mi cuerpo maltrecho.
Así me mantuve vacilante entre la vida y la muerte, entre la vigilia y el sueño, deseando caer en un sueño que no acabara jamás y que me permitiera recobrar la paz y la tranquilidad perdida, aunque fuera camino del sueño eterno


Tedio

El cielo negro,
ávido de nubes azules
envía cuervos negros como la mirada
del reloj acompasado que observa la vida pasar.
Los días y las noches se entrechocan,
sobre el filo macizo de nuevos despertares.

Mientras la ciudad sueña con el carnaval,
atiborrado de máscaras y sonrisas de cartón
escondido entre los antifaces que sucumben
ante la realidad perpetua del tiempo
que pasa y pasa…
Y jugamos a la felicidad,
y jugamos a ser,
jugamos a una vida que se escurre
de las manos, como el agua marina,
quieta, mansa, renovada,
nunca es la misma,
cambia,
metamorfoséase en vapor impune
que devuelve a la galaxia
la sombra maligna de un anochecer
al filo de la luna del viejo aquelarre.

Crudo, el mar desmiente las palabras
del conjuro…
humanoides que ya no hablan…
y se observan sobre el boulevard,
sobrevolado por los cuervos del ocaso eterno,
del vendaval en llamas,
en brisa, en ayeres.
Hoy he vuelto a mirar la negra cima
donde habitan las aves
y las observo morir en el regazo de la luz solar,
mientras la ciudad calla,
y el mar….Dónde está el mar?….
Dónde escondió su última morada
de tiempo perenne?

Hoy he visto el cielo brumoso…….
…… ……. ……. ……. ……. ……. …….
Llueve en Buenos Aires.

Extraído de aquí