miedos

Y de repente en mitad de la noche mientras un escalofrío recorre tu espalda, te haces consciente de que ya no estás solo.

Junto a ti en la cama se encuentran los fantasmas de las relaciones pasadas que atenazan tus miedos más profundos y los hacen salir a la superficie.

Entonces y sólo entonces consideras que la posibilidad de perder a la persona amada quizá no está tan lejos y quizá no haces tanto como deberías para retenerla…