Rompiendo cabos

Cual barco que corta las maromas que lo retienen en tierra, cual globo que suelta lastre para poder seguir en su ascensión, así es como me he sentido al tener que liquidar parte de mi legado cultural e histórico.
Cual «Archivo de Salamanca» he estado almacenando durante años una gran cantidad de libros de texto tanto míos como de mi hermana, así como cuadernos, blocks de dibujo, manualidades…
He de reconocer por una parte que todos esos libros ya no tenían ninguna utilidad, que ya no servían para nada, a parte de para ocupar un preciado espacio en el trastero, pero también he de reconocer que me ha dolido deshacerme de ellos, ya no volveré a ver mi primer libro de texto, cuéntame caracolito, destrozado tras tantos años (lo utilicé con tan sólo tres añitos)
Bueno, pues imaginaros toda una mañana de domingo sacando libros, trastos viejos acumulados durante tantos años en esta casa que claro está deben dejar hueco a nuevos trastos que acumularemos y dentro de unos años volveremos a sacar…
Porque lo malo no es tener que sacar los trastos viejos, lo malo es pensar que pronto se acumularán nuevos trastos que se llenarán de polvo,
que le vamos a hacer la vida es así.