Retorno

Como dice el dicho popular, tódo lo bueno se acaba… y las vacaciones de Semana Santa no iban a ser menos.
No se puede decir que hayan sido unas tranquilas y apacibles vacaciones puesto que siempre hay gente dispuesta a andar molestando cuando menos lo esperas, pero si que han sido fructíferas (al menos en la recuperación de horas de sueño atrasadas).
La verdad es que la toma de contacto con la cruda realidad ha sido menos dolorosa de lo que esperaba, bueno eso si no tenemos en cuenta que al no haber nadie en casa éste fin de semana no se cambiaron los relojes y he estado a punto de llegar una hora tarde a trabajar (bendito móvil que cambia de hora sólo) pero por suerte sólo he llegado 10 minutos y un taxi tarde…
Pues nada, a seguir trabajando toca, que los papeles parece que crecen cuando uno se ausenta del despacho.