Pobres de espíritu
En esta vida, al menos desde mi punto de vista, hay dos grandes grupos de gente pobre, los que son pobres de verdad y los llamados pobres de espíritu.
Cuando uno es pobre porque no tiene dinero, puede dar más o menos pena porque lo que le falta es algo material, algo que se puede traspasar de unos a otros, no en vano éste es el fundamento de nuestra economía, el flujo monetario entre entidades a cambio de productos o servicios.
Pero si a alguien le falta algo que no se puede tocar, que ni se da ni se compra, algo que o se tiene o no… entonces esa persona es lo que defino como pobre de espíritu, y esas personas son las que si me dan pena, más que nada porque muchas no son siquiera conscientes de lo que carecen. Valgan como ejemplo esos que alardean de su dinero, que se lo beben cuando salen de juerga, y luego son tan pobres que no son capaces de gastarse doce euros cada dos meses en cortarse el pelo y se lo tienen que cortar en sus casas…