Malas noticias
A nadie nos gusta recibir malas noticias, pero cómo sabemos que una noticia que hemos de dar es buena o mala?
La verdad es que al tratarse de algo tan subjetivo, podemos encontrarnos con curiosas contradicciones, para una adolescente puede ser una buena noticia el que le toque la quiniela, pero para su madre si con ese dinero se compra una moto, puede convertirse en la peor pesadilla… Sí, ya se que éste es un ejemplo muy puntual, pero no deja por ello de ser válido.
Con este artículo solamente quiero pedir que en lo sucesivo tengamos un poco de tacto, porque no es lo mismo decir:
» Tengo una mala noticia, <..silencio..>, no me funciona el ordenador…
que decir:
» Oye que el ordenador no me funciona…
En ambos casos el ordenador no funcionará, pero eel segundo le habremos evitado un susto a nuestro interlocutor…
Vamos espero que nadie se lo tome a mal, pero es que me pegáis unos sustos para decirme las cosas… 😉