La pérdida del romanticismo
ace tan sólo unos minutos acabo de asistir a uno de los más tristes espectáculos de mi vida, acabo de ver cómo en aras de la seguridad pública se hacÃÂan añicos tantos años de «tradición«.
Aún puedo recordad cuando hace muchos años acompañaba a la que entonces era mi pareja a la estación de tren, o cuando la iba recoger a su llegada. Todo esto era por supuesto antes de que la estación de Zaragoza pasara a llamarse Intermodal de Delicias y dejase de utilizarse la histórica estación de Zaragoza Portillo.
Antes cuando acompañabas a alguien a la estación, o cuando le ibas a recoger podÃÂas bajar hasta el propio andén, ayudarle a subir la maleta, hacerle compañÃÂa en la despedida, justo antes de que subiera al tren en el último instante, podÃÂas despedirte con un eterno beso que se disolvÃÂa en el ambiente mientras el tren se alejaba por el andén…
Per claro eso era antes, antes de que nuestra sociedad estuviera atemorizada por la posibilidad de que alguien atentara contra nuestro modo de vida en alguno de nuestros trenes. Antes podÃÂas subir al tren tan cargado que tu acompañante te tenÃÂa que ayudar a subir la maleta, podÃÂas llevar lo que quisieras en ella sin tener que dar explicaciones al respecto… Ahora por contra te has de despedir antes de pasar un control de equipaje, has de enseñar tu billete y perderte en un laberinto de escaleras mecánicas y andenes a diferentes alturas en medio de la soledad que produce el tirar de una maleta entre una marea de gente que acaba de despedirse de sus seres queridos…
Recuerdo también en estos momentos un mediodÃÂa de febrero esperando en la soledad de la multitud en un andén, recuerdo esa marea de gente que descendÃÂa del mismo y recuerdo una cara conocida en medio de la misma que avanzaba hacia mÃÂ. Recuerdo ese abrazo al pié del tren mientras nos quedábamos solos…
Y es que se ha perdido el romanticismo de la espera, ahora te esperarÃÂa tras un control, como si vinieras en un avión, estarÃÂa con un montón de gente esperando que salierais uno tras otro…
Y ya no serÃÂa lo mismo
Escuchando en iTunes: Venezia, La Cabra Mecánica