Efectos colaterales

Dicen las leyes elementales de la física que toda acción tiene una reacción, y la lógica nos hace saber que estos principios físicos no se limitan a la física, sino a todas las acciones que se nos puedan pasar por la cabeza.

Dejando este término aclarado me gustaría comentar que  a pesar de mis temores he conseguido superar con un relativo éxito la despedida de soltero previa a mi boda, sin pasar demasiada vergüenza (imagino que esto será porque aún no he visto ni las fotos ni los vídeos que se hicieron). Eso sí, como consecuencia del ajetreado día de ayer hoy me encuentro en un deplorable estado físico, y es que no deberíamos olvidar que ya nos hacemos demasiado mayorcicos como para estar haciendo el mono por los aires colgados como jamones… 

Este es el que llamaremos primer daño colateral, las agujetas, unas criminales agujetas fruto de muchas horas de actividades de lo más variopintas aderezadas con una carencia de sueño propia de una tremenda noche de juerga. (no, no ha habido resaca, por si os lo preguntabais)

El segundo daño colateral, y es el que sinceramente más me preocupa, son los daños emocionales que uno sufre tras una despedida de soltero…

Es que no es fácil levantarse al día siguiente y hacer vida normal después de haber compartido un día tan intenso con tus más apreciados amigos… la sensación de vacío que tienes cuando estás en la soledad de tu casa pensando en lo bien que te lo has pasado el día anterior. Ese vacío resulta tan raro y exasperante que aunque parezca extraño sólo estás deseando que llegue el lunes para volver a trabajar y forzarte a hacer esa «vida normal».

Puede que quien lea esto no lo entienda, imagino que yo mismo tampoco lo entendería si me lo contasen, es una de esas cosas que simplemente tienes que vivirlo.