Azar

En España cada día se gastan miles (por no decir millones) de euros en juegos de azar, de esas ingentes cantidades de dinero una parte muy sustancial va destinada al pago de impuestos, otra irá destinada al pago de sueldos y salarios (como diría el Plan General Contable), otra parte de éste suculento pastel correspondería a las obras sociales (de una importancia vital para mucha gente que depende de ella, como la de la ONCE o la Cruz Roja) y otro pedacito de pastel es el que va destinado a los premios, los cuales suelen ser reducidos pero de una cuantía cuanto menos interesante.
A pesar de que cada día caen más premios, y que cada día hay más sorteos y más posibilidades de ganar premios, cada vez soy más reacio a participar en estos sorteos, no por nada, que evidentemente claro que me gustaría que me tocase un premio, pero lo que me fastidia no es el afán de la gente por ganar dinero fácil, lo que realmente me molesta es esa sensación que se te queda cuando ves que tu número no es el agraciado en el sorteo, esa sensación de creía que me iba a tocar, pero sabía que no. Esa sensación que provoca una disyuntiva en mi ser al saber que las probabilidades son remotas y que a pesar de ello tú te ilusionas esperando que te toque.
En fin, que si hay que jugar se juega (lo menos posible para reducir costes), pero que como dice el refranero:

Jugar por necesidad, perder por obligación