Alarmista

Tras pasar un fin de semana en casa tranquilo, haciendo cosas que considero importantes, aislado del mundanal ruido, juntándome en casa con la familia y con algunos amigos para comer y charlar, teniendo tiempo de estar en silencio en casa dándole vueltas a  mis cosas sin verme en la necesidad de hacer nada en particular me he percatado de unas cuantas cosas.

(cosas que después de haberlas escrito en las lineas sucesivas he decidido borrar por ¿vergüenza? o mejor dicho por timidez)

Como resumen diré que aunque diga que estoy cansado de mi trabajo, en realidad me gusta porque me sirve para poder ayudar a la gente, aún cuando la gente que se deja ayudar sea un pequeño porcentaje de la gente a la que tengo que atender. Y todo porque solemos confundir el tocino con la velocidad y no sabemos tratar al prójimo con educación y respeto.

Tengo que reconocer que por un momento he estado tentado de seguir el ejemplo de mi querido Ronpeolas y sacar a pasear a ese otro yo que se deshaga de esos prejuicios sociales y sea capaz de decir las cosas como son, sin florituras y sin más tonterías, directo al corazón… una idea que no descarto en absoluto, pero claro no os podré decir si lo hago, porque entonces sabríais que soy yo y quien sabe, igual me cortaba de decir todo eso que debería decir… tonterías a parte os diré que siempre se ve una luz al final del túnel, y que como en todos los viajes hay que pasar por muchos túneles para poder llegar a nuestro destino.