Return to Innocence

Return to Innocence, el regreso a la inocencia, eso es lo que dice la canción del grupo Enigma, una canción que me hace sentir de una manera especial cuando viene a mi mente en un lugar como el que me encuentro, a oscuras sentado en la cama oyendo música, en una casa que no es la mía pero que siento como propia recuerdo mi pasado, aquello que me ha hecho ser la persona que soy hoy, para bien y para mal, los momentos y los sentimientos que han forjado mi persona y por una vez en mucho tiempo ese desconcierto que acompaña a la sensación de haber crecido desaparece, me siento aceptado y entre iguales, me siento como en casa, aunque esté lejos.
Lejos de casa y cansado, tras haber hecho cada una de las comidas del día en una ciudad y en una provincia diferente me siento aturdido por los kilómetros y por las experiencias, pero ese aturdimiento también me produce cierto bienestar. Un bienestar por haber cumplido una promesa del pasado, por haber retrocedido en el tiempo y haber podido hacer lo que me apetecía (bueno en parte) tal y como me apetecía…
Pero para no variar en medio de tanto bienestar se cuela una sombra de desaso,)siego, una sombra alargada que presagia el final de las vacaciones, unas vacaciones diferentes, ni mejores ni peores, simplemente diferentes, pero eso sí, divertidas.
Siempre me desconcierta el comprobar que podemos ser más felices cuanto menos necesitemos, porque rediseñando el refrán de «no es más rico el que más gana sino el que se conforma con lo que tiene», he de decir que «realmente no disfruta más el que más sale de juerga, sino el que aprecia los pequeños momentos» y estas vacaciones han estado salpicadas de «pequeños grandes momentos»
😉