Merece la pena

Ya ni se la de veces que he intentado escribir este mensaje, pero siempre por una u otra causa lo he tenido que dejar a medias, que si por el trabajo, el teléfono la familia o cualquiera de esas cosas típicas que en el día a día tenemos que hacer…
Pero lo que no se me ha olvidado es el significado que le quería dar al mensaje, quería darle un sentido de pregunta, de cuestión, porque mi pregunta hoy es si merece la pena darse tanto mal por las cosas. ¿Merece realmente amargarse por cosas que no tienen remedio, o debemos aferrarnos a esos pequeños actos del día a día que nos van sorprendiendo?


Se que la respuesta que querría dar es la segunda, que no merece pena darse mal por las cosas que no podemos cambiar, no porque sean demasiado grandes para nosotros, sino porque la pelota se encuentra en el tejado del vecino y nosotros ya le hemos dejado la escalera para que la baje…
Pero es que me revienta ver la pelota en el tejado y que no le salga de las narices bajarla, a pesar de que yo le he prestado la escalera, e incluso me he ofrecido para bajársela.
Se que una vez más muchos de los que me leéis no vais a entender que sucede, o simplemente vais a pensar que es una más de mis tonterías, pero los acontecimientos acaecidos entre los últimos días del año anterior y los que llevamos de éste me han revuelto el estómago… y el alma.
Una vez más nos hemos encontrado frente a una situación que nos demuestra la fragilidad del ser humano, somos tan chulos, tan prepotentes, tan altivos con la naturaleza (como raza, no como personas individuales) que nos creemos estar por encima de todo y de todos, ensuciamos los ríos, matamos animales, talamos los bosques y creemos que así podremos perdurar muchos años porque tenemos la tecnología…
Que equivocados estamos si creemos que sin el factor personal, el factor humano, ese que nos ha hecho mantenernos en pie durante tantos siglos vamos a poder perdurar…

Se que es una manera un tanto extraña de expresar mis condolencias a las víctimas del Tsunami, y aunque me gustaría poderlo expresar de una manera más poética todos sabemos que el origen de la catástrofe no se pudo evitar, pero si sus consecuencias, porque ¿para que nos sirve un maravilloso sistema de prevención de maremotos si por un problema de software no se encuentra operativo durante meses?
La cara de vergüenza se le debería de caer a más de uno que ha ido dejando de lado sus obligaciones por vagancia, dejadez o descuido…