Extrañas añoranzas
Hay gente que me sorprende, gente por la que objetivamente no darías ni un céntimo y que descubres casi por sorpresa que tiene un trasfondo tan grande que podrían escribir un libro y dejarían al mundo anonadado.
Básicamente eso es lo que me ha pasado, hoy he tirado de facebook (sí, se que he criticado esta red social un par de veces, pero es que no deja de sorprenderme que tanta gente la utilice…) y he hecho una recopilación de compañeros de colegio. Algo sencillo, porque a la mayoría le sigo la pista en el mundo realâ„¢ y todos sabemos más o menos de la vida de los demás. Pero ojeando las fotos de uno de los que fueron mis compañeros me he encontrado con unas fotografías que bien podían haber sido parte de alguna localización de una película en la selva amazónica.
No voy a negar que me ha conmovido esas imágenes tomadas por la persona menos «normal» que conozco (y esto no es para nada despectivo, simplemente es una persona diferente) en medio de la selva amazónica, compartiendo con nosotros lo que ha sido el día a día de un viaje que le tomó casi un año (o puede que más) y que no me cabe duda ha sido uno de los viajes más alucinantes que se puedan hacer en esta vida.
Y claro está yo en mi casa calentito, viendo en mi monitor de 24″ unas fotos de la vida REAL en la selva hechas por alguien tan cercano a mí… no he podido por menos que sentir un vuelco en el estómago deseando haber podido estar ahí, haber compartido ese viaje, aunque sé en mi fuero interno que no lo habría soportado.
Hay una pregunta que viene a mi mente…
Cómo puedo añorar algo que no he vivido?
No, no lo llaméis envidia, tan solo admiración, pues es lo que siento por esa persona a partir del día de hoy.