Cambios en la vida
El pasado 30 de mayo cometimos la locura de casarnos, o mejor dicho mi novia, ahora esposa cometió la locura de casarse conmigo.
De la ceremonia poco os puedo decir, una boda por la iglesia, en la Catedral de La Seo de Zaragoza, una ceremonia familiar y distendida llena de sorpresas a la que continuaron aún más sorpresas en la finca donde se realizó el banquete…
Igual queda mal que yo lo diga, pero fué una pasada de boda, una boda de esas que permanecen en la memoria y que todo el mundo recuerda con cariño. Que conste que todo esto no es nada que yo me esté inventando, es la opinión que nos van transmitiendo los invitados a la boda, y claro no deja de ser algo que te alegra y llena de orgullo.
Una vez pasada la boda, se supone que es cuando deberíamos de estar sintiendo los cambios propios de nuestra nueva situación, pero por suerte o por desgracia no estamos experimentando tales cambios todavía, imagino que será por el tiempo que llevamos viviendo juntos, que nos ha permitido adaptarnos con mayor o menor facilidad a las manías y costumbres del otro y ahora nos permite llevar una vida ciertamente feliz.
Ahora sólo nos queda pasar la última frontera en nuestro universo temporal, el viaje de novios… en tan solo unos días partiremos rumbo al país del sol naciente donde disfrutaremos (no lo dudamos) haciendo fotografías de uno de los países que más ganas teníamos de visitar.
No sabemos muy bien que llevarnos / que hacer una vez allí, ésta es una de las desventajas de ir con todo organizado por la agencia de viajes, lo que si que sabemos es que intentaremos compartir con vosotros este periplo por las tierras niponas.